jueves, 31 de enero de 2013

Cambiando el domingo de día



     Todas las semanas me gusta tomarme un día de descanso, el domingo. Ese día no hago entrada un poco por desconectar, otro por estar tranquila y otro... porque es domingo.
Esta semana sin embargo, el domingo será el día que salga el sorteo, así que aquí estaré puntual. Por eso, y puesto que los jueves me gustan mucho... he decidido tomarme el día libre hoy. Muchos ya lo sabéis; me gusta ese día por la anticipación que desprende a fin de semana, a tiempo libre, a planes que muchas veces se quedan en eso, planes. Y a relax. Y me gusta poner música cuando llega, así que sólo me queda una cosa por decir.

     Hoy se admiten sugerencias musicales. Por mi parte os dejo una canción que ya puse mil veces y que escucharé otras mil antes de que acabe el año. Espero que os guste. En todo caso... disfrutad.


     Gracias.

     PD. Os recuerdo que seguís a tiempo de apuntaros al sorteo haciendo click aquí. 

 


miércoles, 30 de enero de 2013

Madame Bovary. Gustave Flaubert




     "Emma, que le daba el brazo, se apoyaba un poco sobre su hombro, y miraba el disco del sol que irradiaba a lo lejos, en la bruma, su palidez deslumbrante; pero volvió la cabeza. Charles estaba allí. Llevaba la gorra hundida hasta las dejas, y sus gruesos labios temblequeaban, lo cual añadía a su cara algo de estúpido: su espalda incluso, su espalda tranquila resultaba irritante a la vista, y Emma veía aparecer sobre la levita toda la simpleza del personaje. Mientras que ella lo contemplaba, gozando así en su irritación de una especie de voluptuosidad depravada, León se adelantó un paso."

     Hoy traigo un libro que tardé mucho tiempo en leer. Me enfrasqué más en la historia que lo rodeaba que en el propio título en sí, ya que pertenece a esa categoría tan intimidante de "clásicos imprescindibles" en la que me da miedo tropezar y más aún hablar de ellos puesto que estoy segura que ya se ha dicho todo y por personas mejor capacitadas que yo. Aún así, hoy traigo por tanto a mi estantería virtual Madame Bovary.

     Conocemos a Emma, una mujer joven y tan hermosa como caprichosa que sólo conoce el amor por las novelas románticas. Cuando se casa con un médico viudo descubre que la vida no es como en las novelas y se siente aburrida hasta el extremo junto a ese hombre. Tienen una hija, y Emma sigue bajo el peso de una vida gris que la llevará a buscar amantes buscando la satisfacción y la aventura.

     Madame Bovary comenzó a escribirse en el año 1851 y no se terminaría y publicaría hasta seis años después. Su autor afirmó en su día que él era Bovary, supongo que por rebelde y apasionado o tal vez porque todos los protagonistas tienen siempre una mínima parte del corazón de quienes los crearon. Sin embargo también negó serlo en más de una ocasión, supongo que por las consecuencias que le supuso crear este personaje. Una vez salió el libro a la venta, se levantó una gran polémica en torno a su temática y protagonista y Flaubert fue acusado de inmoralidad... y procesado, algo que en aquel momento, lejos de aumentar el interés por el título como sucedería hoy en día, lo que hizo fue apartarlo.

     No es ni tampoco será el último libro que trate el tema del adulterio. Pero en aquella época, la representación de la pequeña burguesía a través de los ojos y actos de su protagonista fue lo que causó el revuelo. La insatisfacción de su protagonista, su egoismo, su dejadez ante su propia hija... todo eso hace que el lector reaccione profundamente ante ella. Y es que los personajes muchas veces, dependen de cómo se les mire, o de la versión que nos enseñen su propios autores, nos hace posicionarnos junto a ellos o de frente. Y en este caso la heroína rebelde e inconformista que se ve apresada por las reglas de la época, esa que tan bien conocemos en la literatura, termina por molestar y donde había rebeldía vemos capricho. Pero no contento con eso, no le pone las cosas fáciles a Emma, sino que no la deja encontrar lo que busca y la vemos desesperarse y nuestros sentimientos vuelven a girar para empezar a sentir incluso lástima por esta hermosa mujer. A fin de cuentas, Emma si que sabe lo que quiere, y a quien quiere... lo que nos permite acompañarla en su camino y observar lo que provoca a su alrededor con sus actos, y también lo que se va ocasionando a sí misma.

     Tengo que decir que la novela me gustó y mucho. Unos personajes a los que llegué a conocer y por los que sentí cariño y me dio pena despedirme de ellos y unas descripciones que me situaban perfectamente en cada lugar, hicieron que en muchos momentos tuviera la sensación de estar allí como observadora privilegiada. Y también me gustó la historia. Mucho. Porque me hacía reaccionar a cada página, porque no era una historia habitual y, una vez situada históricamente, es toda una aventura acompañar a esta mujer que decidió luchar sabiendo lo que quería hasta sus últimas consecuencias... o tal vez simplemente usó el engaño y la mentira para intentar conseguir lo que quería. Yo tengo muy clara mi interpretación, pero en este tipo de novelas que generan reacciones tan radicales, prefiero no darla de forma tajante para que, quien no la haya leído, llegue sin predisposiciones. Y a poder ser la comparta, claro.

     Hoy traje un clásico imprescindible, no sólo por la etiqueta que otros le pusieron, sino porque lo disfruté. Una historia que tiene amor, infidelidad, pasión, mentiras, violencia, más pasión... ingredientes imprescindibles para muchos, a la hora de enfrascarse en una lectura. Y vosotros, ¿cuáles creéis que son los ingredientes imprescindibles de una novela para manteneros pegados a ella?

     Gracias

martes, 29 de enero de 2013

Silencio de Blanca. José Carlos Somoza




     "Ritual de la rosa
     Nocturno en si bemol opus 9 número 1
     Los dedos deberían acariciar con suavidad, apenas el roce de los extremos, como de puntillas, sin brusquedades, las muñecas flexibles, las palmas ahuecadas: transformar entonces esa caricia, imperceptiblemente, en cuatro breves toques; al repetir, con ligereza, jugar sobre el mismo punto, cosquilleando casi, hasta terminar en el remanso de blanca. La otra mano, la izquierda, apenas se mueve: palpa y traza círculos sobre la superficie en un lentísimo masaje, casi levitando, como si quisiera percibir el calor de una piel sin llegar a tocarla o distinguir las palabras recibiendo en los dedos el aliento que las produce. Esa mano no debe variar, forma el dulce tejido que envuelve el cuerpo, crea la figura. La figura."

          Me gusta Somoza. Y me gustan los autores que no tienen miedo a cambiar, a salirse de la ruta en las que les creemos aposentados. Y experimentan y varían y vemos sus mismos rasgos en distintos temas e historias. Somoza lo hizo hace tiempo y se acercó a la literatura erótica consiguiendo el Premio Sonrisa Vertical. Hoy traigo a mi estantería virtual Silencio de Blanca.

     Conocemos a Héctor, un profesor de música maduro que se reune una vez por semana con Blanca. Cada semana, el mismo día y a la misma hora se encuentran y ponen en práctica sus deseos. Pero no está sólo ella, sino que Elisa es la alumna perfecta que se mantiene a su lado cediendo despacio...

     Esta vez me he decantado por la literatura erótica, un género que apenas ha asomado por este espacio virtual. No por nada, ya he comentado alguna vez que leo todos los géneros, sino porque muchas veces este tipo de novelas se me quedan cortos en la sinopsis, no dejan de ser una sucesión de ejercicios aeróbicos descritos con más o menos detalle. En este caso no es así. Somoza orquesta una trama sobre la que se teje el erotismo del deseo. Un hombre que es definido en el propio libro como "compositor de relaciones", músico más que simple profesor y cuya relación más estable es con Chopin. Junto a él tenernos a tres mujeres distintas (no he presentado a la doctora) y tres concepciones diferentes en una historia que comienza de forma sutil, despacio, adentrándonos en su mundo para llevarnos a conocer sus perversiones.
     Mezclando música y erotismo distinguimos la pluma de Somoza, afilada, que no habla de encuentros sino de rituales cuidadosamente planeados, y lo hace recurriendo a la música una vez más. Porque, como ya he dicho, es la relación más fiel, la más duradera, y nos ofrece así en esta pequeña historia una muestra de lo que nos encontramos en su obra. Una redacción impecable, unos conceptos propios y complejos y, como no, morbo.

     El final... el final de este libro es el golpe de gracia para el lector. Pertenece a ese tipo de finales que nos dejan en silencio un rato, sorprendidos por la ocurrencia que ha tenido el autor y que provocan en nosotros reacciones encontradas. Porque si algo tienen las últimas páginas de este libro, es que además de resolver un misterio, no dejan indiferente a nadie.

     Cada vez un capítulo, cada capítulo una pieza, cada pieza un rito.

     Y vosotros, ¿os atrevéis con la literatura erótica?

     Gracias

lunes, 28 de enero de 2013

En busca de un hogar. Claudia Cardozo




      "Juliet Braxton odiaba Inglaterra.
     Bueno, esa afirmación no era del todo cierta; en realidad le gustaba mucho, pero no lo reconocería frente a su abuela a menos que le amenazara con arrancarle los pulgares, y aún así estaba segura de que hubiera podido soportar unas cuantas horas de tortura con bastante aplomo."

     Orgullo y prejuicio está de aniversario. Nada menos que 200 años y sigue cautivando lectores. Austinianos, Austenitas... hay denominaciones para todos los gustos. Lo que está claro es que la novela victoriana sigue teniendo lectores que aumentan cada día. Hoy aprovechando la fecha traigo una novela actual ambientada en la mencionada época. Hoy traigo a mi estantería virtual En busca de un hogar.

     Estamos en Londres, 1890, y conocemos a Juliet, una joven norteamericana huérfana que ha sido enviada a Londres con su abuela. De carácter inquieto ve como se acerca el momento de sellar su acuerdo matrimonial e intenta escapar a su destino bajo la suspicaz mirada de su abuela.

     Estamos ante una novela de corte victoriano, romántico y en la que tenemos a una mujer como protagonista. Con inquietudes independientes y mal vistas para la época le tocará lidiar con el momento en que se le escoge marido. Acostumbrada a vivir con su primo asiste extrañada a los cambios de su comportamiento mientras intenta ubicar lo que siente por otro joven. Si os fijáis es un corte habitual para este tipo de historias, y en esta ocasión su autora mima los detalles para obtener una novela ágil y, sobre todo, fácil de leer.No cae en la tentación de hacernos grandes descripciones de bailes, vestidos y salones, pero si que nos introduce en la mente de sus protagonistas consiguiendo que los veamos con sus virtudes y defectos, porque estos últimos no los justifica tampoco. Hay cotilleos, triángulos amorosos, traiciones, duelos, bailes y mucho sentido del humor. Más allá incluso de la mordacidad de sus personajes, hay una nota de humor casi constante que hace que sonriamos al leer.

     No me cabe duda que es una novela para los amantes del género y que hoy es un día propicio para presentarla. Y aquellos que no os animéis pensad que  no hay punto de comparación entre una ambientación, unas costumbres y unos modos y lo que nos cuenta esa que habla de las sombras de un tal Grey. Una autora que comienza, Claudia Cardozo, y que lo hace con una entretenida historia que nos recuerda que la novela victoriana sigue vigente. Una opción a tener en cuenta y un nombre que observar el de Claudia.

     Y vosotros, ¿leéis autores noveles?

     Gracias



sábado, 26 de enero de 2013

Redes del mas allá




     Llevo aproximadamente un año y medio con este blog, y muchísimo menos tiempo en las redes sociales. Tendría que mirar las fechas exactas, pero es bastante menos. Os lo aseguro. No soy especialmente activa ya que llevan mucho tiempo, pero si que se conoce y recopilan títulos, autores que están empezando y ponen entusiasmo, se llega a cafés donde los compañeros en la mesa nos enseñan libros que pasarán a ocupar nuestros estantes y grupos que tienen algo más que lecturas entre sus muros.
     Y luego viene la segunda parte, esa que un día te deja de piedra.
     Estas mirando el muro, así con medio ojo, pensando en qué puedes poner (sobre todo en twitter donde no dejan escribir nada de mas de 140 caracteres, que eso lo invierto yo en decir buenos días) y de repente de da los buenos días Shakespeare... y claro, tu sabes que no es Shakespeare, más que nada porque no sabría escribir un saludo así de corto tampoco. Y oye, mientras elucubras sobre quién usará ese nombre, aparece Cervantes... que da las gracias a Benedetti porque le hizo un RT. Llegados a este punto empiezas a plantearte si ha sido buena idea abrirte la cuenta de twitter. Incluso te planteas si no será un asco no saber quien anda detrás de cada... ¡un momento! ¡No me lo puedo creer! Me estoy quejando en los mismo términos que Holden Cauthfield, que ese ni siquiera existe... aunque llegados a este punto bien pudiera ser Salinger utilizando un pseudónimo. Total, ¿no decían que tenía algo de alter ego? total que ahí me siento, coca cola en mano, a leer los tweets de un montón de gente, a la que sigue más gente aún, y que es físicamente imposible que nos estén escribiendo a los mortales. Porque de ser así, iría rauda a preguntar cómo es un cielo en el que Hemingway y Capote se sientan juntos a ver quien aguanta más copas mientras Poe busca en vano un gato negro entre tanto color virginal... o... igual no es en el cielo el lugar en el que están. Lo que está claro es que no hay ADSL tan potente, no podemos pasar de la ouija al pc de un salto. Al final me ha dado miedo, y he decidido que los vivos me gustan más. Una es práctica por naturaleza. Incluso recelo de algunos vivos porque se que son de fans o alguien que los gestiona, pero bueno, me aguanto.
     Aunque... si pudiera soñar me gustaría poder comunicarme con vivos como McCarthy para que me explicara si es Blanco o Negro, o con Murakami para que me diera el secreto de sus mundos dentro de otros mundos, o con Auster para darle las gracias por ese librero que colocó en de Brooklyn. Y le haría unas cuantas preguntas a Pynchon a propósito de su enrevesado Contraluz. Y ya puestos a imaginar, no me cuesta demasiado imaginarme a Mark Twain diciendo frases punzantes, a Dumas frustrado porque le faltan letras y a tantos otros luchando por entenderse con estos enrevesados inventos. Pero estaría bien que Steinbeck nos hablase de la crisis de ahora como ya lo hizo, o saber qué fue de Holden Cauthfield de boca de Salinger, contar que no fue Ulises sino Apolo el nombre elegido para la odisea espacial y esperar la respuesta. Saber por qué Thompson eligió 1280 almas y ni una más, y entrevistar a Capote como el hiciera con Brando en su momento. Pedir a Süskind que nos describa el perfume que se respira en el limbo de los autores que perviven en sus obras, y me gustaría.... me gustaría saber a quién se encontró Bulgákov justo al otro lado.
     Si por un momento todas esas redes fueran reales, si estuviera al otro lado la persona adecuada para darme esa respuesta, si pudiera preguntar aprovechando un paralelismo imaginario, un eclipse que conjugase mundos abriendo una puerta a los deseos... yo ya he puesto todo lo que preguntaría y a quién. ¿Con quién os gustaría hablar a vosotros?

     Gracias


viernes, 25 de enero de 2013

La isla de los malditos. Rebecca Gablé




     "- Mira a tu alrededor, engendro del infierno -gruñó el monje-. Lanza una última mirada al mundo.
     De forma instintiva, Simón obedeció a su requerimiento y miró atrás, al otro lado del mar. El viento le alborotó el cabello y un mechón le tapó un ojo; pero el joven no podía hacer nada para apartárselo de la cara, porque los hermanos benedictinos le habían atado las manos a la espalda. Como si un muchacho de quince años pudiera enfrentarse a cuatro hombres hechos y derechos."

     Ayer estuve colocando libros. Bajando unos, subiendo otros y metiendo en sus carpetas los de más allá. Es algo que hago cada no demasiado tiempo y normalmente en jueves, ya que los viernes o sábados me voy a comparar alguno. Aunque sea uno solo. Y me topé con el libro que hoy traigo, una historia que me sirvió para pasar dos días sin enterarme apenas estas vacaciones de verano escondida debajo de una sombrilla mientras veía pasar libros de sombras de Grey en todos los idiomas. Hoy traigo a mi estantería virtual, La isla de los malditos.

     Estamos en el año 1147, en Witholm. Una isla a la que va a parar Simon de Clare, un joven epiléptico que se ve recluido porque los frailes de St. Pancreas opinan que ha sido maldecido por Dios. Allí se encontrara con un peculiar grupo de malditos con los que huirá de la lista buscando su lugar en este mundo. Conoceremos a Losian, alma del libro, los hermanos Godric y Wulfric, reyes, judíos y grandes amores.

     Me gusta la novela histórica sea o no ficción y el periodo que abarca esta historia siempre me ha parecido interesante. Además se desmarca haciéndolo con esta peculiar historia de malditos que intentan recuperar sus vidas. Porque su peregrinaje es haciendo precisamente eso, intentan retomar su vida en el lugar que les fue arrebatada casi intentando aferrarse a la posibilidad de tener una oportunidad, y miedo al rechazo. Losian por ejemplo es un personaje que vive en una eterna incertidumbre: no recuerda su pasado y, por tanto, no tiene claro lo que será en su futuro. Lo acompañaremos mientras intenta adivinar cual es su historia y descubre sentimientos como el amor y la lealtad.

     El libro comienza con una curiosa presentación de personajes poco habituales en este tipo de libros. Eso hace que nos veamos arrastrados a una entretenida historia de intrigas políticas, amores, traiciones, venganzas y lealtad en la que hay grandes momentos de ternura. Una ficción sencilla de una interesante época que, sin abusar de las descripciones, consigue que nos traslademos a este momento y que nos apene despedirnos de sus personajes. No falta un rey al que ayudar ni tampoco un asesino o un médico, ni las historias entre judios y cristianos ya que la autora ha sabido ir entretejiendo historias con habilidad. Sin buscar la sorpresa, ya que no es un libro trepidante sino fluído, no nos arrastra la incertidumbre de no saber qué pasará sino el interés por la singular troupe a la que nos hemos unido.

     La isla de los malditos es, en definitiva, un libro que hace pasar las horas en un mundo lejano en el que el reloj va un poco más deprisa, porque cuando cerramos el libro se nos ha ido la tarde sin apenas darnos cuenta. Uno de esos libros que no pasarán a la historia por ser la mejor lectura del año, pero que nos proporcionaron horas de distracción.

     Hoy es viernes, como digo al principio de esta entrada compraré libros mañana. Así que mi pregunta es por pura curiosidad personal. Hoy pregunto algo que creo no hice aún: ¿Qué estáis leyendo?

     Gracias

     Pd. Hoy sí, booktrailer:


jueves, 24 de enero de 2013

La nieta del señor Linh. Philippe Claudel

  


     "Un anciano en la popa de un barco. En los brazos sostiene una maleta ligera y  a una criatura, todavía más ligera. El anciano se llama Linh. Es el único que lo sabe, porque el resto de las personas que lo sabían están muertas.
     De pie en la cubierta, ve alejarse su país, el país de sus antepasados y sus muertos, mientras la criatura duerme en sus brazos. El país se aleja, se hace infinitamente pequeño, y el señor Linh lo ve desparecer en el horizonte durante horas, pese al viento que sopla y lo zarandea como a una marioneta."

     Muchas veces digo que hay muchos caminos para llegar a un libro. Este camino ha sido fácil: me lo recomendaron. Me lo recomendaron una y mil veces en la librería de la que ya os he hablado alguna vez, me lo ha recomendado mi entorno y me lo habéis recomendado en los blogs. Así que era de esperar que tarde o temprano llegase. Hoy traigo a mi estantería virtual, La nieta del señor Linh.

     Conocemos al señor Linh, un hombre que toma un barco y deja atrás su país, la guerra y todos sus recuerdos, amigos familia... muertos. Llega así a un país del que no conoce ni la lengua junto a su nieta, Shang Diu, una niña tranquila que ignora la tragedia que la ha llevado a un piso de acogida y que es el centro de la vida de su abuelo. Contra todo pronóstico el señor Linh conoce a otro hombre, el señor Bark, con el que pronto estrechará los lazos de una fuerte amistad pese a que ni siquiera entienden lo que dicen.

     Si ayer hablaba de la fuerza, la dureza y el mal todo ellos expresado en pocas páginas, hoy vuelvo a hablar de un relato corto o no vela larga. Pero muy distinto. En este libro el autor de Almas grises emociona al lector. Nos habla de coraje, de amor incondicional, de lucha, de amistad y sobre todo de ternura. De hecho, si tuviera que definir este libro en una sola palabra diría que es hermoso. Porque es hermoso de muchas formas. Está escrito de una forma hermosa; sencilla, natural, que da fuerza a los pequeños gestos, pequeños detalles importantes y deja de lado datos como el país al que llega el anciano. Y la historia también es hermosa, la inmigración, la guerra, la amistad... van calando poco a poco en el lector que descubre la fuerza de una mirada o de un abrazo por encima de las palabras. Está lleno de gestos que nos hacen sonreír como una nana transmitida de generación en generación o un saquito con tierra de un lugar al que no se va a volver que van consiguiendo poco a poco establecer ese hilo invisible que se crea entre lector y protagonista cuando este último se va convirtiendo en amigo. Cuando le vamos haciendo un hueco en nuestra mente y corazón para que permanezca ahí una vez cerramos el libro porque sabemos que nos va a dejar su huella personal. Porque justo eso es lo que hace nuestro ya querido señor Linh.

     Mención aparte para el final del libro. Tal vez porque iba advertida, no me sorprendió tanto. El autor va camuflando huellas para que sean recogidas poco a poco por el lector, pequeños detalles que hacen que vamos captando como si fueran las migas de pan en un camino y que nos llevan a un final hermoso. Vaya, ya he vuelto a utilizar  la misma palabra otra vez. No es necesario que algo sea alegre para que sea hermoso, no es necesario que un libro sea extenso para que nos deje huella, y no son necesarias las palabras para expresar los sentimientos. Por todo esto y un par de razones más, me uno a la recomendación de La nieta del señor Linh.

     Y vosotros, ¿me podéis decir algún personaje al que recordéis de una forma especial?

     Gracias

miércoles, 23 de enero de 2013

Medusa. Ricardo Menéndez Salmón


   
     "Descubrí el Mito de Prohaska mientras intentaba escribir un fragmento de la Historia que Prohaska ayudó a construir. Fue en 1994, cuando acopiando documentación para asuntos relacionados con mi tesis doctoral acerca de la iconografía de la maldad durante el siglo veinte, vi una película de tres minutos y veintisiete segundos prosaicamente titulada Einsatzgruppe en Kovno. Lo hice el Vilna, en el apartamento de una antropóloga finesa especialista en la Segunda Guerra Mundial, que recopilaba toda la información existente acerca de la presencia nazi en los territorios de la Unión Soviética entre los años 1941 y 1945. La película era aterradora en su sencillez, pulcra y devastadora como una máquina de eviscerar."

     Descubrí a Ricardo Menéndez Salmón no hace mucho. Me topé con un libro suyo titulado La ofensa y en él ya vislumbré un autor diferente, poco común y, sobre todo, interesante. Descubrí la Trilogía del mal, y me llamó la atención así que esperé pacientemente la salida del libro que hoy os traigo, con la confianza de quien sabe que se va a encontrar una lectura para paladear. Finalmente salió, y por eso hoy traigo a mi estantería virtual, Medusa.

     Conocemos a Prohaska, quien siente fascinación por las imágenes desde siempre. Se dedica así al cine, la fotografía y la pintura mientras evita de algún modo que sea captada ninguna imagen suya. O al menos no se han conservado. A partir de esta ficción presentada por su biógrafo conocemos la vida de un hombre que ha plasmado con imágenes algunos de los momentos más terribles de la historia.

     Hoy traigo uno de esos libros que a mi me gusta llamar relato largo o novela corta. Aproximadamente ciento cincuenta páginas que me topé justo el día que no esperaba y que me leí sin siquiera haber pasado por la caja, en la misma librería abrí la primera página buscando las letras y me quedé colgada de Prohaska y su historia. La historia de un hombre solo, rodeado de muerte en su vida personal y aferrado a las imágenes como testimonio de lo que le rodea. Un hombre que reflejaba una historia marcada por la maldad desde la barrera imaginaria que otorga un objetivo fotográfico. En algún momento indeterminado levanté la vista y me di cuenta de que había pasado un rato, sin saber exactamente cuanto, y que nadie miraba, ni se había fijado en esa especie de "robo literario" que había cometido. Pero me dirigí igualmente a la caja, porque este era un libro que tenía que tener entre mis estantes.

     Y nos encontramos de bruces con el mal. Algo recurrente y repetitivo en mil y un formas en la historia de la humanidad. Algo que nos lleva a mirar irremediablemente hacia donde sucede y también hacia otro lado. Nunca me había parado a pensar en el fotógrafo que nos muestra retratos de víctimas o condenados, en el que nos enseñaba Chernobyl o los campos de concentración. No había pensado si era un hombre solitario, si realmente se podía presentar una imagen de algo así y permanecer inmune a lo visto, nunca me había preguntado... hasta conocer a Prohaska. Consigue además el autor que la fuerza de una imagen sea perfectamente recreada en otra forma de expresión como es la literaria. Ya en sus primera páginas nos estremecemos con una película que no vemos, y lo consigue de una forma pausada, de una forma simple pero que se me antojaba autoritaria obligándome a seguir leyendo la historia de este hombre que, al final del libro, ya era para mí un Mito.

     Hoy os invito a conocer la Historia del siglo pasado con el arte como testimonio de muchos momentos que no quisiéramos recordar pero que, de no existir esa imagen, ese reflejo, ese recuerdo, estaríamos condenados inexorablemente a recaer en ellos. Os invito a conocer a un autor que no pasa desapercibido.

     Por cierto, ¿vosotros pensáis que se puede permanecer inmune a lo que se muestra? Yo creo que no, que se puede mostrar desde el realismo, de forma incluso frontal, y que el autor quede al margen. Pero que hay cosas que, poco a poco, van cambiando las miradas de quien ya ha visto demasiado.

     Gracias


   

martes, 22 de enero de 2013

Las ratas. Miguel Delibes



     "A medida que se adentraba el invierno, el pajero del común iba mermando. Los hombres y mujeres del pueblo se llegaban a él con los asnos y acarreaban la paja hasta sus hogares. Una vez allí la mezclaban con grano para el ganado, o la hacían estiércol en las cuadras, o simplemente la quemaban en las glorias o las cocinas para protegerse de la intemperie. De este modo, al finalizar diciembre, el Nini divisaba desde la cueva, por encima del pajero, el anticuado potro donde se herraron las caballerías en los distantes tiempos en que las hubo en el pueblo."

     Está claro que me faltan muchos libros y autores aún. Construir una buena biblioteca es el trabajo de toda una vida, y hay que ir poniendo libros despacio, con mimo, y no dejar nunca de ir trayendo más títulos que acompañen a los que ya nos son conocidos. Muchas veces miramos y descubrimos que nos falta uno en concreto, que debería estar ya ahí. Eso es lo que me pasa con el autor de hoy, que olvidé posar en mi estantería virtual algún título suyo. Hoy lo soluciono, hoy traigo a mi estantería virtual Las ratas.

     Las ratas nos habla de un pueblo de Castilla. En él viven, o malviven, Nini, de once años, y su padre, el Ratero. Viven en una cueva y sobreviven cazando lo que pueden, incluso ratas de agua, ya que su pueblo está siendo asfixiado poco a poco por la autoridad local. ¿Qué pasará si se acaban esos pequeños animales?

     Miguel Delibes es uno de los nombres más representativos de las letras españolas. Escritor y periodista, residente de la "s minúscula" de la Real Academia de la lengua ya ganaría el Premio Nadal con su primera obra. Pero no es por eso por lo que se me antoja imprescindible, sino por sus retratos de Castilla, esas crónicas que hacía y que enseñaban el realismo de una época, la defensa de los menos favorecidos, los retratos de la infancia que nos encontrábamos entre sus letras  y por el impacto que produce la lectura de la mayor parte de sus obras. Máxime si tenemos en cuenta que en algunos casos, como este, sus personajes se inspiran en personas reales; porque el Ratero, existió.

     Las ratas es un libro cortito, de esos que bien podemos decir fáciles de leer. Nos encontramos con descripciones que nos sitúan perfectamente, no sólo en los parajes sino también en las situaciones. Porque estamos en un libro de situaciones. La miseria existente hace no tantos años pero que hoy se nos antoja lejísimos de nuestra vida actual. Un mundo feo, en el que los protagonistas cobran fuerza con sus virtudes y defectos y que no nos permite olvidarnos que, no hace tantos años, la gente se comía las ratas. Grandes gentes con apenas nada en este reflejo rural de la posguerra.
     De todos los personajes me quedo Nini, un niño despierto e inteligente que hace gala de inocencia y agilidad mental a partes iguales. Se convierte así en una víctima de las circunstancias que le ha tocado vivir y se gana un puesto en el corazón del lector.
     Y sin embargo la gran sorpresa con este libro es el tratamiento que le da el autor a la historia. Pareciera que esta historia es de desdichas, pero uno también se ríe. Parece también una historia condenada a enseñarnos sólo a hombres malos, pero también los hay buenos. Y podría pensarse que se recrea en situaciones penosas buscando ese hilo de empatía con toques de sentimentalismo tan habitual, y tampoco es así. Delibes escribe con sumo cuidado  manteniéndose en un margen que nos deja como observadores de unos hechos que damos como ciertos. Hay por supuesto, buenos y malos momentos, buenas y malas personas y momentos tristes y otros llenos de ternura: y hay también un espacio para las sonrisas. Unos dan paso a otros y lo hacen de forma fluída en una historia que, desde las primeras páginas reconocemos como dura, pero que una vez terminada nos deja ese regusto a imprescindible que sólo tienen un puñado de títulos.

     Hay autores que muchas veces se nos quedan en las listas escolares. Delibes es uno de ellos, o tal vez no. Qué me decís, ¿habéis leído algo de Miguel Delibes?

     Gracias

lunes, 21 de enero de 2013

La soledad de Charles Dickens. Dan Simmons



     "Mi nombre es Wilkie Collins, y supongo, ya que pienso postergar la publicación de este documento por lo menos un siglo y cuarto después de la fecha de mi muerte, que no recordarán mi nombre. Algunos dicen que soy un jugador empedernido, y los que aseguran tal cosa están en lo cierto, de modo que apuesto, querido lector, a que ni ha leído ni ha oído hablar jamás de ninguno de mis libros ni obras de teatro. Quizás ustedes, británicos o norteamericanos que están en el futuro, dentro de ciento veinticinco años, ni siquiera hablen ya inglés. Quizá vistan como hotentotes, vivan en cuevas iluminadas por gas, viajen por el mundo en globos, y se comuniquen mediante pensamientos telegrafiados sin verse entorpecidos por lenguaje hablado o escrito alguno."

     Cuando leí el título que hoy traigo no sé qué me sorprendió más, si el propio título o que estuviera ligado a Dan Simmons, un autor al que identificaba directamente con el terror. Pero lo cierto es que tras leer la sinopsis la atracción fue inmediata y no pude evitar llevar el libro a casa. Hoy traigo a mi estantería virtual, La soledad de Charles Dickens.

     En este libro conocemos los últimos años de Dickens de la voz de su rival Wilkie Collins. Tras sufrir un accidente ferroviario, su vida da un giro hacia los temas macabros que siempre le habían atraído. Comienza a obsesionarse con un pasajero, Edwin Drood y con el oscurantismo que parece rodearlo. Collins ayudará al lector a acompañar a Dickens durante sus últimos años entre secretos y misterios.

     Es un libro diferente a cualquier otro del autor, lo primero porque se aleja del terror y lo segundo porque me resulta bastante difícil de encuadrar, el autor ha realizado una documentación temenda que, mezclada con la ficción, dotan al libro de un realismo que provoca que demos sus hechos como reales. Sin apenas darnos cuenta vamos descubriendo a un Dickens que, en mi caso al menos, poco o nada tenía que ver con el autor que yo conocía. Así mismo Collins se descubre como un hombre a la sombra, con complejos, y un toque de ironía en su crónica, incluso mala leche, que provoca una sonrisa maliciosa en el lector más de una vez. Conocemos también a la familia de Dickens, su mujer, hija, amante, y el carácter marcadamente autoritario que tenía, sus fobias, adicciones y obsesiones van apareciendo en este libro que, sin ser trepidante, consigue que sus ochocientas páginas vayan pasando sin apenas darnos cuenta. Nos llevamos además alguna sorpresa si somos lectores propensos a tirar de buscador para comprobar determinado tipo de afirmaciones, yo por ejemplo, saqué varios títulos apuntados para leerme de este dueto improvisado.

     Hay referencias literarias, ciudades subterráneas, atmósferas asfixiantes y un toque gótico que hacen las delicias de los aficionados al género y por otro lado no profundiza demasiado en ninguna como para espantar a quienes no lo son.
     De este modo consigue un libro bastante equilibrado escrito a ritmo de best seller en el que lo único que queda es que su recta final nos deje satisfechos. Eso ya es a criterio del lector, aunque... no, no se trata de lo único. En mi caso, la gran pega que le pongo al libro es la cantidad de errores que lo encontré. Tal vez haya sido mi edición solamente, pero la traducción me ha parecido pésima, casi robótica, con artículos y preposiciones mal colocados, adjetivos que bailaban en las frases y géneros indefinidos. No he podido quitarme la sensación de haber puesto un traductor informático que no fuera capaz de darle al libro el tono y estructura que en justicia se merecían.
     Me da mucha pena además cuando esto sucede porque, aunque no sea su culpa, desmerece mucho al título que leemos.
     ¿No os pasa a vosotros que si encontráis muchos fallos termináis por perder el hilo de lo que estáis leyendo?

     Gracias
  


sábado, 19 de enero de 2013

Sorteo: El guardián invisible. Dolores Redondo



 
      Esta semana nos encontrábamos con la publicación de El guardián invisible. Un libro que tenía muchas ganas de leer y que, os adelanto, me ha gustado mucho tanto por la forma en que está escrito como por la trama. De hecho me ha durado apenas dos días, señal inequívoca de que el libro cumple de sobra lo que promete. He puesto fotos hechas pensando en escenas del libro, frases.. me quedaba tan sólo una cosa por hacer. Sortearlo.

     Así que os lo presento:


«Alrededor de los cadáveres aparecían pelos de animal, restos de piel y rastros dudosamente humanos, unidos a una especie de fúnebre ceremonia de purificación. Una fuerza maligna, telúrica y ancestral parecía haber marcado los cuerpos de aquellas casi niñas con la ropa rasgada, el vello púbico rasurado y las manos dispuestas en actitud virginal


     Os invito a los bosques del Baztán, acompañando a Amaia Salazar en busca de un culpable, acompañada de su familia y su equipo. Una novela trepidante que ha llegado pisando fuerte para demostrar que dará mucho que hablar.

     Requisitos:
     1. Seguir el blog: 1 punto
     2. Anunciarlo: 1 punto por anuncio, en blog, facebook, twitter o banner.
     3. Dejar un comentario con los puntos que se tienen.

     La lista saldrá el próximo día 2 de febrero y el resultado será el día 3.
     Los libros se leen siendo novedad porque es cuando nos entran por los ojos.
     Y es internacional.

     Mucha suerte a todos y muchas gracias como siempre, por pasar por aquí.

     PD. Os dejo el booktráiler por si aún no os habéis decidido:



viernes, 18 de enero de 2013

Pablo Neruda





....
Palabra humana, sílaba, cadera
de larga luz y dura platería,
hereditaria copa que recibe
las comunicaciones de la sangre:
he aquí que el silencio fue integrado
por el total de la Palabra humana
y no hablar es morir entre los seres:
se hace lenguaje hasta la cabellera, 
habla la boca sin mover los labios:
los ojos de repente son palabras.
Yo tomo la palabra y la recorro
como si fuera solo forma humana
me embelesan sus líneas y navego
en cada resonancia del idioma:
pronuncio y soy y sin hablar me acerca
al fin de las palabras
al silencio.
.....

   
      Creo que este es el primer poema de amor que pongo. Me cuesta acercarme a ellos y, ya que iba a ser el primero, tenía que ser especial. Qué mejor para ello que Pablo Neruda. Por eso hoy, a mi estantería virtual ha llegado un fragmento suyo. Por amor a La palabra.

     Me gusta cuando callas, decía en otro poema el mismo autor. Y sin embargo aquí le vemos amando las letras y las sílabas y concediéndoles su justa importancia. La que le daría un virtuoso del juego de la lírica como él lo fue. La palabra escrita, la suya; la pronunciada, la de todos; la callada, de algunos. Todas son importantes en un mundo en el que todo se torna palabra porque con todo decimos algo. Un mundo real como el que nos rodea y en el que el silencio aisla.

     Pues a mí, señor Neruda, me gusta este poema. Empezaba comentando que era un poema de amor, tal vez porque me gusta la literatura y de algún modo considero un tesoro a casi cualquier texto escrito. O porque llevo más de un año intentando expresar mi amor por las letras, y porque la única forma de expresarlo que encuentro es leer. Pero me gusta leerlo y pensar que la palabra se hereda en el lenguaje que nos enseñan en casa y en la sangre nuestros dichos aprendidos junto al fogón de la abuela. Me gusta pensar que el último silencio es la muerte y que, hasta ese momento, nos movemos en un mundo lleno de palabras tal vez dichas con los ojos, o en el mejor de los casos con la boca, aunque no emitamos sonidos innecesarios para que su significado nos llegue a voces. Hablar sin palabras... casi conduce a otro tipo de poesía.

     Hoy he decidido acercar un poema que habla de comunicarse, nada mejor para un lugar que está lleno de libros. Amor por las letras, amor por la palabra.

     Y ahora que os he dicho que no estoy muy curtida en poemas de amor, ¿me podéis recomendar alguno? Me gustaría incluir algo de amor en mi libreta.

    Gracias

jueves, 17 de enero de 2013

Cartas. Jane Austen



     "Para Cassandra Austen, de Steventon a Kintbury
     Sábado 9- domingo 10 (Enero 1796)
     En primer lugar, espero que vivas veintitrés años mas. Ayer fue el cumpleaños del señor Tom Lefroy, así que tenéis casi la misma edad. Tras este necesario preámbulo, procederé a informarte de que en la noche de ayer se celebró un fantástico baile, aunque tengo una gran desilusión ya que no pude ver a Charles Fowles en la reunión, y eso que había escuchado rumores de que había sido invitado."

    Así comienza la primera carta de una de las autoras más representativas de la literatura universal.  Una mujer cuya obra destila una fina ironía entre líneas que ha provocado y mantenido que cada vez más gente se incline a leer sus libros y de la que se ha dicho muchas veces que se mantenía apartada de la vida pública literaria de su época. Hoy traigo a mi estantería virtual una obra con la que podemos acercarnos a Jane Austen de forma más personal, se trata de sus Cartas.

     Los libros epistolares siempre son más complejos de explicar. Parece que la sola mención de hallarnos ante una correspondencia se antoja árida para muchos. En este caso, y tras dos largos años de trabajo, la editorial dÉpoca publica una recopilación de 161 cartas realizada con una traducción cuidada hasta el extremo y acompañada de fotografías, anotaciones, y documentación que nos irá ayudando a situarnos. Un índice topográfico, de nombres, de personas, de su propia familia... nada a escapado a esta cuidada edición.

     Jane Austen nació en la rectoría de Steventon, Hampshire, en el seno de una familia perteneciente a la burguesía agraria. De hecho, en sus obras se manifiesta este entorno que tan bien conocía. Ahora lo que se nos ofrece es la posibilidad de conocerla un poco más a ella. Porque si antes daba datos un poco mas "técnicos" sobre lo que me he encontrado en esta obra, ahora lo haré sobre lo que he leído.

     A lo largo del libro he podido conocer a Jane Austen. Es una invitación a sentarse, no necesariamente a tomar un té, y leer la correspondencia de una amiga. Desde la rectoría de Hampshire hasta Winchester, acompañamos a esta mujer en sus misivas familiares. En ellas descubriremos su entorno, sus intereses personales y también los literarios, sus pequeñas confidencias, bailes, críticas veladas.. que provocarán que la sintamos cercana, casi a nuestro lado. Distinguimos en ellas también los distintos tonos que se adquieren con el paso de los años y,  si bien he comenzado diciendo que su obra no se alejaba demasiado de esa burguesía agraria que tan bien conocía, también podemos distinguir en ella muchos de los rasgos que caracterizaron a sus protagonistas femeninas.

     Es un libro para leer despacio, tal vez intercalado, en cuyas letras casi trasciende el cariño con el que se escribieron las originales. Y conservar ese tono es lo que provoca que nos acerquemos con la curiosidad propia de quien mira por encima del hombro, asomándose a una vida que también supo lo que era una guerra y que provocará, no me cabe duda, horas de placer entre sus seguidores quienes no dudarán de calificarlo como "tesoro".

     Y vosotros, ¿hay algún autor en cuya vida os gustaría asomaros?

     Gracias

miércoles, 16 de enero de 2013

Cualquier otro día. Dennis Lehane




     "Debido a las restricciones para viajar impuestas por el Departamento de la Guerra a la primera división de béisbol, la Serie Mundial de 1918 se jugó en septiembre y se repartió en dos estadios. Los  Clubs de Chicago fueron el equipo anfitrión en los tres primeros encuentros, y los cuatro últimos se celebrarían en Boston. El 7 de septiembre, tras perder los Clubs el tercer partido, los dos equipos subieron juntos a un tren de la compañía Michigan Central Railroad para emprender un viaje de veintisiete horas, y Babe Ruth se emborrachó y empezó a robar sombreros."

     Me gusta Dennis Lehane, me gusta su pluma y su manera de concebir las novelas. He leído unas cuantas hasta el día de hoy, algunas llevadas al cine con mayor o menor éxito como Shutter Island o Mystic River. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual una obra suya, se trata de Cualquier otro día.

     Babe Ruth, mítico bateador de los Red Sox de Boston y la huelga de 1918. Ese es el comienzo de esta obra que recorrerá la historia de Boston en un momento complicado. Enfrentamientos raciales, la vuelta de los soldados de la primera Guerra Mundial, socialismos, sindicalismos, anarquismos. En definitiva, lucha y reinvención.

     Esta novela calificada como negra, tal vez encuadraría mejor en histórica. Nos hace una autopsia del país a través de dos personajes y su entorno. El primero es Danny, un policía de una casta de policías que parece tener la habilidad de estar donde no debe y al que encomendarán una tarea de riesgo. Y en segundo lugar a Luther, negro, que buscando reinventarse terminará de criado en Boston. Ambos junto con todo su entorno se encargarán de relatar su historia. Para ello el autor introduce además elementos reales como a Babe y fechas que también lo son como la huelga policial o la de los propios jugadores de baseball.
     El autor comienza de forma pausada, presentando la situación y a los protagonistas,para ir apretando al lector hasta conseguir tenerlo entre sus manos. Va tejiendo una trama tan tupida que no podemos escapar de ella a lo largo de las más de 700 páginas que forman este título. Unas páginas en las que los grandes acontecimientos se entrelazan con los pequeños detalles que hacen que nunca dejen de suceder cosas que requieran nuestra atención.

     Nos presenta la diferencia de los derechos en base al color de la piel, la desigualdad entre los trabajadores, la explotación, el sindicalismo, la anarquía y terrorismos. No faltan enfrentamientos con gangsters ya que es la época propicia y el lugar adecuado, pero no es lo que busca el autor enseñarnos, no es con lo que nos engancha. Lo hace convirtiéndonos testigos de excepción de un momento crucial. Una historia que me absorbió nada más finalizar el primer capítulo, que tiene dosis elevadas de novela negra y que se ha convertido en uno de los imprescindibles de mi estantería. Una ventana para ver América a través de unos personajes magníficamente perfilados y que nos enseñarán como un polvorín que se sobrecarga puede terminar por explotar. Si lo pensamos... plena actualidad.

     Y vosotros, ¿conocéis alguna obra de Lehane por el cine o la literatura?

     Gracias


martes, 15 de enero de 2013

El diablo a todas horas. Donald Ray Pollock




     "Una sombría mañana de finales de un lluvioso octubre, Arvin Eugene Russell iba correteando detrás de su padre, Willard, por el borde de un pastizal que dominaba una hondonada larga y rocosa del sur de Ohio llamada Knockemstiff. Willard era alto y huesudo y a Arvin le costaba seguirle el paso. El campo estaba invadido de zarzas y de matas descoloridas de pamplinas y cardos, y la niebla del suelo, tan espesa como las nubes grises del cielo, le llegaba hasta las rodillas a aquel chico de nueve años."
 
     El año pasado este autor desembarcaba en nuestro país con un libro de relatos, Knockemstiff, consiguiendo el apoyo y aplauso unánime de todos sus lectores. Lo mismo daba que fueran críticos que lectores ocasionales todos cayeron (caímos) rendidos antes sus letras. Cuando vi el libro que hoy acerco, no pude resistirme a la tentación de conocer un poco más la pluma del autor en su primera novela. Hoy traigo a mi estantería virtual El diablo a todas horas.

     Willard Russell reza a un árbol en el bosque junto a su hijo, Arvin. Es una suerte de ritual que no puede verse interrumpido aunque sí teñido de sangre. Arvin crecerá en esta América plagada de personajes miserables que lo irán rodeando con sus desventuras. Asesinos, autoestopistas, pederastas se unen en este lugar. Conocido el comienzo... el resto tendréis que descubrirlo vosotros, al menos esta vez no sería justo entrar en más detalles.

     Lo primero que quiero dejar claro es una cosa: Knockemstiff existe. Hoy es un pueblo fantasma que está deshabitado o al menos eso es lo que parece, pero en su día en este pueblo de Ohio nació un tal Donald Ray Pollock. Dejó sus estudios para trabajar en una empresa cárnica y el trabajo en esta para irse a una fábrica de papel. Hasta los 55 años no se graduó en un programa de escritura creativa... pero todo esto no es lo que me importa realmente. Mi duda es sobre el lugar que lo vio nacer. No se que le sucedió al autor ni que había en las calles de ese pueblo, pero tuvo que ser algo que le marcase. Tal vez no, y fuera un lugar idílico con casitas todas iguales y apartamentos bien distribuidos, con niños gritando y jugando en las calles... en ese caso el autor lo olvidó. Porque nada de eso aparece reflejado en sus libros. Más bien al contrario.

     Donald Ray Pollock nos da cuenta de las miserias humanas una a una. No es un libro de relatos aunque nos vaya relatando las vidas de sus protagonistas. Sin tregua. Desde los bosques hasta las casas que poco a poco vamos imaginando desvencijadas porque no vemos nada bonito en el libro. Es una lectura turbadora, no cabe duda. Las miserias siempre lo son, y la maldad, los trastornos... las suciedades del alma. Porque hay, y muchas, y siguen estando aunque se rece. Nadie escapa en este lugar a la pluma del autor que parece recrearse en cada sombra, exponiéndola para que no seamos capaces de apartar la vista. Sucede con este libro un poco como con los triángulos de las carreteras que provocan que la gente aminore la marcha para echar un vistazo. Sabemos que lo que nos vamos a encontrar no es hermoso, pero aún así no desviamos la vista. Si bien Arvin lleva el peso principal de la obra, hijo de un hombre atormentado por el recuerdo de una crucifixión durante la guerra, no estará sólo en este retrato de grupo que nos presenta hombres y mujeres atormentados.

     Hace unos días traía a Cormac McCarthy y decía que era un autor que conseguía que nos moviéramos incómodos en el sillón. Hoy traigo a otro que consigue lo mismo con una prosa mucho más elaborada. Un thriller que tendremos que tener cuidado al cerrar porque os advierto una cosa... si lo hacéis deprisa os puede salpicar la sangre.

     Me gusta seguir la pista de autores que me impactan en un primer contacto con ellos. Tiendo a buscar más, a comprobar que no fue suerte. Y más aún si lo que he leído era su primera obra. De este modo donde otros siguen libros por temática o por género yo lo hago por autores. Y vosotros, ¿elegís los libros siguiendo temática o autores u os basáis en las sinopsis independientemente de la firma?

     Gracias

PD. Os dejo una reseña espléndida de Offuscatio sobre su primer libro de relatos, Knockemstiff, aquí.

lunes, 14 de enero de 2013

El país imaginado. Eduardo Berti




     "El nuevo sol alumbraba el primer día del nuevo año. Habíamos pasado la noche sin dormir como teníamos por costumbre en esa fecha, en el danian-ye, y luego del amanecer habíamos consagrado las primeras horas, las horas de las sombras largas, a visitar a los vecinos más queridos para desearles un buen año o, al menos, un año mejor que el que estaba finalizando. En cordial retribución muchos nos regalaron dos bolsas de tela -cada cual con una moneda, una para mi hermano y otra para mí- y todos le desearon lo mismo a mi padre: que la muerte de la abuela traiga paz al seno de la familia y espante toda otra muerte."

     Algo tienen las culturas orientales que hacen que muchos lectores nos sintamos atraídos por ellas. Tal vez sea la mezcla de modernidad y tradiciones ancestrales, o tal vez esa estética que poco a poco nos ha ido resultando familiar, pero lo cierto es que cada vez tienen más éxito los libros ambientados en China, Japón... Si a eso le unimos la bella edición que ha hecho Impedimenta, pocas razones más necesitaba para traerme este título a casa. Tras llevarlo a mi casa, hoy lo traigo a mi estantería virtual. Hoy traigo a mi estantería virtual, El país imaginado.

     Estamos en China a principios del siglo XX, en el seno de una familia media con dos hijos. Ambos saben que su compromiso matrimonial está cerca y nuestra protagonista vive pendiente del día que le anuncien el suyo. Conoce mientras tanto a una joven Xiaomei con la que vivirá una amistad basada en una profunda admiración que llegará a despertar dudas sobre los sentimientos que le profesa.

      En esta novela de poco más de doscientas páginas el autor nos introduce en un mundo que tiene tanto de real como de etéreo. Tal vez por el tono de sus palabras o porque la protagonista apenas está terminando los últimos años de la niñez y eso se trasluce en cada reflexión, pero es difícil no tener la sensación de estar leyendo un cuento de hadas. El argumento sin embargo dista de serlo, y nos habla de tradiciones arraigadas en los pueblos, como los paseos al lago de los ancianos con sus pájaros enjaulados, y de los compromisos nupciales pactados por las familias siguiendo costumbres ancestrales en las que poco o nada importan la opinión de los contrayentes. Todo ello viene salpicado de las reflexiones que vierte su protagonista ya adulta al echar la vista atrás, eso hace que nos anticipemos a los sentimientos que albergaba de niña sin saberlo, a sus preocupaciones y temores y a los distintos cambios que iba sufriendo propios de la rebelión asociada a estas edades. La acompañamos durante su relación con la joven Xiaomei, a la que admira hasta el punto de imitar su aspecto levemente, sufriendo transformaciones que ella cree apenas perceptibles mientras piensa en la forma de pasar más tiempo junto a ella. De manera natural se le ocurre que lo perfecto sería unirla en matrimonio a su hermano. Otra vez la inocencia que no le permite ver con claridad la profundidad de los sentimientos que le profesa. Y así la vamos conociendo poco a poco en el camino a su compromiso matrimonial.

     Junto a esta historia troncal se desarrolla la vida del pueblo, los jardines utilizados para que los jóvenes se conozcan, los lutos, la separación y ascenso en las clases sociales, los ancestros siempre presentes en sus vidas y las figuras paternas en el seno familiar. Asistimos a bodas de muertos, a acuerdos y negociaciones entre familias y libros que se ponen al aire.
     Nos hablan de una China que empieza a modernizarse pero que seguimos viendo anclada en viajas tradiciones, y dejamos volar nuestra mente hacia esas escenas que nos representa con descripciones completas para las que no necesita usar demasiadas palabras. Suelo quejarme en los libros cuyos protagonistas son niños de la falta de credibilidad que me produce encontrarme con reflexiones adultas, y ha tenido el autor especial cuidado en no caer en ese descuadre. Todo encaja a la perfección en el lenguaje utilizado dejándonos avanzar suavemente por un relato que, pese a no tener asesinato o misterio que nos enganche, consigue interesar desde sus primeras páginas. La ternura y la lenta cadencia de situaciones encadenadas hacen que al terminar la obra miremos a las dos jóvenes de la portada buscando las mangas abiertas y los flequillos un poco torcidos. Buscando a nuestras dos amigas. Porque eso es lo que consigue el libro, que nos sentemos con ellas en el lago a mirar flores, que sonriamos ante sus juegos aún infantiles y nos entristezcan sus pequeñas tragedias.

     Justo eso es El país imaginado, un paseo por una historia entrañable que nos deja un buen sabor de boca y un puñado de personajes convertidos en amigos.

     Y vosotros, ¿Ya habéis sucumbido al encanto de las novelas ambientadas en países orientales?

     Gracias

sábado, 12 de enero de 2013

Mi tesoro


Cementerio de libros
     Todos los lectores empedernidos pasamos por una gripe en un momento determinado. Esa gripe no se manifiesta con toses o dolores de cabeza, sino que vamos notando los párpados pesados en libros que antes nos divertían, tenemos una opresión en el pecho ante determinadas letras cuando en otro tiempo seguíamos leyendo impasibles las desgracias de los protagonistas, y se nos nubla la vista cuando vemos algunos títulos de la lista de los más vendidos. Hace tiempo, pensaba que ese fenómeno no estaba extendido, pero poco a poco me he ido dando cuenta de que es un mal común. De hecho, poco antes de navidades, estaba delante de la pared en la que El Corte Inglés coloca sus libros destacados y vi a un hombre mirando con incredulidad el libro número 3 (cuyo autor es bastante mediático en programas del corazón) y noté un pequeño tic que le hacía arrugar la frente mientras negaba con la cabeza de forma apenas perceptible. No pude evitar sonreirle como se hace a las personas con las que compartes un secreto. Estaba claro, ese hombre había pasado por la gripe. Supongo que el momento en que se coge es impreciso, tal vez viene determinada por los gustos, el tiempo del que se dispone o simplemente es el regalo de fidelidad que te hacen al comprar el libro número 40, o 400, lo mismo da en realidad. Pero cuando piensas que te has curado es justo cuando se empieza a disparar el número de libros que tienes en las estanterías de casa, se acumulan nombres, títulos, autores... empiezas a interesarte por autores que antes ni conocías, y lo peor de todo es que te gustan. Y ahí te encuentras leyendo Hambre mientras otros buscan el último best seller como hacías tú justo hace unas semanas. Descubres que puedes pasarte una  hora mirando títulos sin ser consciente del tiempo transcurrido hasta que no vienen a tirarte de la manga mientras se dan golpecitos con el dedo en la esfera del reloj y que al ver las quinielas de nombres que se barajan para el Nobel de literatura (porque a estas alturas nadie duda que miras esas quinielas e incluso te aventuras a apostar) conoces a más de la mitad de los nombres. Es más, has leído varios libros de los autores que aparecen en ellas. Empiezas a buscar en Google términos como "autores malditos", "generación perdida" y tantos otros términos que te llevan a... más libros. Y se siguen acumulando en casa y los colocas nuevamente para que quepan mientras empiezas a sentir la necesidad de hacerle una foto a tu pequeña biblioteca. Porque es tuya, y lleva tu sello propio, tu "canon literario" basado en tus gustos está marcado por el desgaste de las tapas de algunos títulos, aquellos a los que regresas, y el tiempo que hace que has leído otros viene determinado de forma exacta por la accesibilidad que tienen. Los títulos más recientes tienden a ocupar los lugares más accesibles por una ley no escrita que hace que busquemos dejarnos hueco a mano cada vez que reordenamos los estantes.

     Justo en ese momento, un día te levantas y ves que no entran más libros, y entre una mirada furtiva a la pared que está justo tras el sofá calibrando si la estantería de oferta en IKEA tiene la medida adecuada... te asalta un pensamiento atroz. ¿Y después?, ¿qué pasará con mis libros? No se si os ha pasado eso alguna vez, porque sí, somos jóvenes que no eternos y nuestros libros, cuando no los leamos, cuando no estemos, ¿qué os gustaría que fuera de ellos?
     Durante un tiempo pensé que lo mejor sería donarlos a una biblioteca. Pero los tiempos cambian o tal vez sólo lo hagan las bibliotecas de donde yo vivo y ya he visto alguna que regalaba libros por falta de espacio... y ese día volví a casa con sudores fríos, lo reconozco. Porque no quiero ni imaginar que pasará con ellos. No digo que quiera hacer como los faraones, y que me hagan una cámara del tesoro en la que todos mis volúmenes cuidadosamente almacenados vayan a pasar conmigo toda la eternidad..... (creo). Y no se si mi descendencia dispondrá de tiempo espacio o ganas y, sinceramente, creo que tampoco quiero saberlo no vaya a llevarme una sorpresa que no me apetece demasiado. Pero si que es un tema que me preocupa que mi pasión de hoy sea un estorbo mañana, no porque lo considere un gran legado sino por la pena que me daría... y hasta aquí puedo continuar la frase, mejor no digo en voz alta las opciones menos agradables que se me ocurren para mis queridos papeles. Así que hoy, os hago a todos partícipes de la duda. ¿Alguna vez habéis pensado que pasará con los libros que estáis comprando?

     Gracias

PD. La escalofriante fotografía que ilustra la entrada cuya leyenda dice "Cementerio de libros" está tomada por Sweet Juniper, y su entrada original sobre el lugar la podéis leer aquí. Estoy segura que más de uno se llevará una sorpresa al ver con sus propios ojos que no todos los Cementerios de libros olvidados suenan igual de bien.

viernes, 11 de enero de 2013

David Copperfield. Charles Dickens

     


     "Tenía mi cabeza sujeta como en un tubo; pero yo me retorcía a su alrededor rogándole que no me pegase. Se detuvo un momento, pero sólo un momento, pues un instante después me pegaba del modo más odioso. En el momento en que empezó a azotarme, yo le acerqué la boca a la mano que me sujetaba y la mordí con fuerza. Todavía siento rechinar mis dientes al pensarlo."

     Y para terminar de recuperar la normalidad , un clásico. Y de uno de esos autores con su nombre escrito en mayúsculas que no puede faltar en ninguna biblioteca, un libro que todos conocemos porque el nombre de su protagonista nos resulta tan familiar como el de Peter Pan. Hoy traigo a mi estantería virtual a David Copperfield.

     Conocemos a David, un niño pobre y sin padre en una época llena de miserias en Inglaterra. Lleva una vida relativamente feliz hasta que su madre se casa de nuevo y vive una situación insostenible de mano de su padrastro. Esto le empujará a dejar su casa y buscar su propia supervivencia sorteando dificultades para conseguir el ansiado ascenso social que le proporcione la felicidad.

     Dicen que esta novela es la mejor del autor, la novela perfecta, redonda. Y posiblemente sea así. En esta historia acompañamos a David sabiendo que tarde o temprano veremos reflejado en él algún rasgo de un conocido, incluso de nosotros mismos. La lucha, las personas que encuentra por el camino con mayor o menor fortuna, sus reacciones cuando las cosas le empiezan a ir mejor... hacen que se convierta en una suerte de amigo/confidente para el lector. Es un libro voluminoso, sí, pero no por ello pesado de leer. Pasa con él justamente lo contrario ya que el autor nos sitúa en la Inglaterra victoriana poblada de personajes diferentes que también viven sus pequeñas historias, todas ellas se entretejen sin olvidarnos de nadie para terminar formando eso que yo tiendo a llamar "novelón". Una historia que se caracteriza sobre todo por los sentimientos que hace brotar en el lector. Nos sorprendemos sonriendo, emocionados, divertidos, incluso extrañados por las coincidencias que el autor deja caer entre sus páginas.  Y sobre todo disfrutando de la lectura, porque ya en las primeras páginas somos conscientes de que estamos ante una de las grandes obras de la literatura universal.
     Junto al protagonista desfilan los personajes a los que ya nos tiene acostumbrados Dickens. Buenos buenísimos y malos pérfidos, metidos en su papel hasta el fondo, sin salirse del guión que su creador les tiene pautado y sin que por ello nos resulten artificiales. Personajes que terminarán siendo personas con sus defectos y virtudes, con sentimientos que asoman entre las letras para sorprendernos y conseguir quedarse con un hueco en nuestras mentes y corazones. Os invito a leer un libro en el que nunca dejan de pasar cosas y nunca nos dejamos de preguntar qué sucederá a continuación.

     Hay pocos libros que nos de pena ver que nos aproximamos al final, que nos dejan la sensación de estar perdiendo un amigo que nos ha ido contando cosas y al que le preguntaríamos más sólo por alargar el momento de la despedida. Eso pasa con David Copperfiel, lo peor que tiene es el final. No por la forma de terminar el argumento, que es redonda y perfectamente razonada, sino porque llega un momento en el que en este libro se escribe, al igual que en todos, la palabra FIN.

     Y vosotros, ¿recordáis algún libro que os haya dado pena que terminara?

     Gracias

   

jueves, 10 de enero de 2013

No es país para viejos. Cormac McCarthy




     "Mandé a un chico a la cámara de gas en Huntsville. A uno nada más. Yo lo arresté y yo testifiqué. Fui a visitarlo dos o tres veces. Tres veces. La última el día de su ejecución. No tenía por qué ir, pero fui. Naturalmente no quería ir. Había matado a una chica de catorce años y os puedo asegurar que yo no sentía grandes deseos de ir a verle y mucho menos de presenciar la ejecución, pero lo hice."

     Decir a estas alturas que McCarthy figura entre mis autores favoritos casi sobra. Los asiduos a asomarse a los títulos que voy posando en mi estantería virtual lo saben. Aquellos que no lo son... bueno, también lo saben a partir de ahora. Me gusta la capacidad que tiene este autor de perturbar al lector con sus palabras hasta hacerlo removerse incómodo en su silla mientras continúa leyendo sin despegar los ojos de las palabras que motivan su desasosiego. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, No es país para viejos.

     Nos situamos en una zona indeterminada de Norteamérica, tal vez Texas. Allí Moss encuentra un escenario difícil de olvidar: un enfrentamiento entre narcotraficantes ha dejado heroína y un par de millones de dólares en metálico. Viendo en ello la oportunidad de tener una vida mejor decide llevarse el dinero aprovechando que no hay testigos sin saber que eso lo va a convertir en el objetivo de un asesino aterrador, un sheriff y un ex agente de las fuerzas especiales.

     Estoy segura que muchos conoceréis este título por la película de los hermanos Coen co-protagonizada por Bardem y tal vez este sea uno de esos extraños casos en que van casi en perfecta sintonía poniendo las imágenes adecuadas a las palabras del autor. McCarthy fiel a su costumbre no despilfarra letras, elimina cualquier adorno que pudiera embellecer su forma de escribir y consigue de ese modo dar aún más realismo a sus palabras. Tampoco necesita grandes descripciones para que conozcamos a sus personajes. Al igual que los virtuosos del pincel en apenas un par de trazos nos hace un boceto perfecto que cualquiera podría reconocer. Un claro ejemplo es el asesino Chigurh, un personaje con muchísima fuerza capaz de infundir temor solo con la mirada y que nos deja una huella con cada una de sus escasas palabras. Lo mismo sucede con el shériff y sus reflexiones y con Moss. En realidad, McCarthy no es un autor de ambientes, sino de atmósferas, las generadas por sus protagonistas.

     Con un estilo rápido nos conduce por una novela a ratos brutal y en todo momento adictiva escrita con su particular estilo. Porque sí, prefiere las conjunciones a las comas. Y los diálogos nos encuentran por sorpresa sin que nada nos indique que alguien tenga algo que decir. Y tampoco suele haber demasiado para decir, así que terminan del mismo modo. Excepto, tal vez, las reflexiones en voz alta.

     Hoy si que recomiendo que os acerquéis a este título, no es simplemente una historia en la que se persigue a un hombre por lo que se ha llevado. Como suele suceder con este autor, hay mucho más. Y, por supuesto, puede hacer que el lector se remueva en su cómodo sillón, pero si eso sucede seguro que cuidará también que no se le caiga el libro de las manos.

     Y vosotros, ¿os habéis estrenado con este autor o su adaptación cinematográfica?

     Gracias

     PD. Lo dicho, el trailer de No es país para viejos:

   

   

miércoles, 9 de enero de 2013

La melancólica muerte de Chico Ostra. Tim Burton




     De todos los superhéroes
hay uno que es el más raro:
no tiene muchos poderes
ni es su coche el más caro.
Junto a Superman o Batman
no parecerá muy épico
pero es de verdad espléndido
y supermancha lo llaman.
Aunque no puede correr
tan veloz como una lancha, 
tiene el extraño poder
de dejar siempre una mancha.
Le molesta que su don
no sea en el aire volar, 
sino tener que pagar
de lavandería un cuentón.

     Ahora que muchos os dais a la lectura de Rohal Dahl aprovecho para recordar a un hombre que me encanta llamado Tim Burton. Supongo que por asociación de ideas desde que comenzó este reto me martillea el nombre de Burton en la cabeza, no en vano llevó al cine Charlie y la fábrica de chocolate. Y si de Dahl ya he comentado que me gustan sus Cuentos en verso para niños perversos, Burton también tiene su propio libro de poesía. Hoy traigo a mi estantería virtual, La melancólica muerte de Chico Ostra.

     Este libro es una rareza, una pequeña joya si lo preferís, escrito e ilustrado por Tim Burton. Además se complementa con la edición bilingüe en español e inglés para que podamos apreciar los sutiles cambios. Pero no es esa su riqueza, no. Lo es la extraña colección de personajes a los que nos tiene acostumbrados Burton. Niños diferentes, rechazados, que viven en un mundo lleno de humor negro y fantasía. Tenemos al chico-mancha, el chico-ostra, la cerilla... y una colección de enternecedores personajes en una historia difícil, pero que no abandonamos.Los queremos y rechazamos a partes iguales y esa es la magia de este extraño libro de título más extraño aún.

     Cuando lo descubrí hace unos meses, me atrajo su título y el autor, pero no estaba preparada para la sorpresa que iba a recibir al abrirlo. Dicen que un libro es una joya por el valor literario que tiene, exactamente igual que se puede medir el valor de un cuadro. Sin embargo, hay ocasiones en las que un cuadro es una joya por su condición de único, porque el autor no repitió... y algo así le pasa al chico ostra.

     Hoy traigo una historia contada a través de poemas, para amantes de rarezas, de relatitos cortos, de historias diferente. Para amantes de Burton... Para todos los que estéis dispuestos a leer, y creer. Y emocionaros por encima de todo.

     Y vosotros, ¿os gusta Tim Burton?

     Gracias

martes, 8 de enero de 2013

La vida es breve y el deseo infinito. Patrick Lapeyre




     "El sol sin viento empieza a quemar. El coche blanco está aparcado al pie de la carretera, a la entrada de una cañada bordeada de arbustos y de matorrales de helechos.
     En el coche, un hombre con los pelos de punta parece estar durmiendo con los ojos abiertos y la cabeza apoyada en la ventanilla. Es moreno, de ojos oscuros, con largas pestañas muy finas que parecen pestañas de niño.
     Se llama Blériot, hace poco que cumplió cuarenta y uno, y hoy- día de la Ascensión- lleva una corbatita de cuero negro y va calzado con unas Converse rojas."

     Los motivos que nos llevan a acercarnos a un libro determinado pueden ser insospechados. En mi caso, desde hace tiempo, miro los títulos que cogen por sorpresa al mercado editorial en otros países, como es el que hoy traigo, y llevada por la curiosidad me acerco a ellos. Este título fue en Francia donde sobresalió en ventas, y eso unido a un par de comentarios, han hecho que hoy lo traiga a mi estantería virtual. Hoy traigo La vida es breve y el deseo infinito.

     Conocemos a Nora, una mujer diferente que destaca desde su adolescencia porque no parece encontrar su sitio con su particular forma de pensar. El tiempo la lleva a conocer a Blériot y mantener una relación con él, pese a ser un hombre casado, y a mantenerla en suspenso durante dos años en los que estará en Londres junto a otro hombre, Murphy. Pero llega el día en que decide llamar a Blériot y volver a París desbarantando la vida de los dos hombres.

     Casi la primera referencia que tuve de esta historia es que mostraba el amor desde un punto de vista masculino. Y posiblemente sea así. Nora es la mujer, esa con mayúsculas de la que se pueden enamorar y mantener viva en el recuerdo pese al paso del tiempo, la que se permite entrar y salir, no dejando que el hombre la olvide. Pero no es su historia la que realmente nos cuentan, sino la de cómo viven el amor los dos hombres que la rodean. Blériot, traducto y, casado con una mujer que lo mantiene. Es un hombre que se ve imperfecto y que sólo parece sentirse bien al lado de Nora. Un hombre que vivió en suspenso dedicándose a envejecer su vida y su matrimonio durante los dos años que dura su ausencia. Un hombre que revive y se debate entre la infidelidad, el matrimonio y el reflejo de lo que hubiera podido ser su vida al lado de alguien como ella. Por otro lado está Murphy, su antítesis, trabaja en bolsa y lleva una buena vida junto a una mujer que un día desaparece. Un hombre inteligente que no duda que se haya ido con otro pero que parece no poder borrar su huella ni sus sentimientos. Y ya tenemos el triángulo.

     Es cierto que no me caracterizo por mi afición a  las novelas románticas, pero en este caso pensé que podía ser interesante un cambio de perspectiva. Y justo eso es lo que nos ofrece el autor. en contra de lo que pueda parecer no es una historia de sentimentalismos, ni de sentarnos a leer y emocionarnos con las pasiones y desengaños de estos hombres. Ni busca tampoco que comprendamos a esta mujer tan particular. No, Lapeyre construye una historia basada en trivialidades cotidianas, que son las que forman nuestra vida. Paseos, viajes, un día en la piscina, abrazos, un beso en el cuello... todo eso es lo que nos encontramos en las páginas de esta novela. Y todo ello es lo que hace que se nos antoje una vieja historia conocida, con distintos nombres, distintos escenarios, pero que cualquiera puede estar viviendo a nuestro alrededor. Nos presenta de este modo una historia que se completa con las dos versiones, las de los hombres, cuya fusión daría la historia de amor perfecta que solemos encontrar en los libros de ficción. Porque nos habla de universos que se solapan para formar la realidad sin que sus protagonistas lo sepan, o puedan hacer nada por evitarlo. Nos habla de un amor apasionado, que duele y que se siente y que va cambiando las vidas. Y una mujer que afirma que no necesita dar explicaciones, ni siquiera cuando ve la herida que ha provocado.

    Y todo ello lo hace en poco más de trescientas páginas escritas con sencillez y agilidad, conformando así un libro de fácil lectura en el que saltamos de uno a otro sin apenas darnos cuentas. Una novela que bien nos puede acompañar un par de tardes frías, ahora que todos buscamos el relax post fiestas navideñas.

     Y a vosotros, ¿os gustan las novelas de amor?
     Otro día ya os preguntaré sobre los finales felices, si se me olvida... que alguien me lo recuerde.
 
     Gracias

sábado, 5 de enero de 2013

Noche de Reyes. William Shakespeare




     "Viola: Yo no le dejé un anillo.¿Qué pretende esta dama? No quiera la fortuna que mi aspecto le haya encantado. Me miró de tal modo que parecía que los ojos le extraviaban la lengua, pues habló distraída, en forma atropellada. Me ama, estoy segura. La astucia de su pasión me invita por medio de este rudo mensajero. ¿No quiere saber nada del anillo de mi amo? Pero él nada le envió.
     Su hombre soy yo. Si esto es así y lo es ¿pobre señora! Haría mejor enamorándose de un sueño. Disfraz, veo que eres un artilugio donde actúa el hábil enemigo. Qué fácil le resulta al seductor que engaña grabar sus formas en el alma de cera de todas las mujeres. ¿Ah, la fragilidad! Esa es la causa. No nosotras; pues como fuimos hechas, así somos. ¿En qué acabará esto? Mi señor la ama con ternura. Mientras yo, pobre monstruo, por él estoy chiflada, y ella, en forma equivocada, pareciera estar loca por mí."

     La noche de Reyes es la noche de la ilusión, y estaba buscando un vínculo literario que me pareciera adecuado. La noche de Reyes, del domingo esta vez, es decir estrictamente la noche del día de reyes, se entregará el Premio Nadal de novela 2013. Así que, diga lo que diga, la noche de Reyes es una noche literaria. Aunque no todos los regalos sean libros. Y el libro que hoy traigo a mi estantería virtual se titula precisamente así, Noche de Reyes.

     Nos trasladamos al reino de Iliria, allí dos hermanos gemelos llamados Sebastián y Viola naufragan y quedan separados al acabar ella en un bote, él en un barco. Viola llega al citado reino y entra al servicio del duque de Orsino haciéndose pasar por un muchacho. Su intención última es casarse con él, pero se ve convertida en su confidente y celestina puesto que el duque está enamorado de la condesa Olivia, empecinada en rechazarlo. Olivia, al conocer a Viola disfrazada de hombre y bajo el nombre de Cesario... se enamora. Cuando esto ocurre, todo se complica. Incitan al duque a retar en duelo a Cesario, que es en realidad Viola, mientras que el mayordomo de Olivia se da cuenta de que lo que le había afirmado la criada era mentira, ¡la condesa no estaba enamorada de él! Y es en este enredo que llega Sebastián a Iliria y se encuentra con el duelo embrollándose todo más aún. Además al ser gemelos la condesa confunde a Sebastián con Cesario y Orsino al ir a visitarla se encuentra con esta situación pensando que el marido de la condesa no es otro que Cesario...

     Bueno, como veis en la sinopsis es una comedia de enredos. Shakespeare se movía como nadie en estas comedias de situación donde todos se embrollan sin saber con quién hablan o de quien le han comentado qué cosa. Es una situación divertida porque además lo hace dejando claros los puntos para el lector, que se convierte en un espectador divertido. Poco o nada tiene que ver con la Noche de Reyes que celebramos hoy,  ya que Shakespeare fue mucho más literal. La escribió como homenaje literal de la visita del Duque de Bracciano a la reina Isabel y su primera representación data precisamente de la fiesta de la Epifanía. Así que si algo queda claro en esta historia en la que nadie es lo que parece, y sólo nos podemos creer la mitad de lo que dicen... es que hasta el título nos puede llevar a confundirnos si no tenemos cuidado.

     Sin ser una de sus obras más famosas me ha gustado mucho toparme con el humor shakespiriano. Esa mezcla de malentendidos, enamoramientos y maledicencias que rozan la crueldad de la burla consiguen sobrevivir con dignidad pese al tiempo transcurrido y el lector no puede hacer otra cosa que sonreír. En esta época del año, parece que sólo hay historias de corte triste, o melancólico, y realmente estamos en fiestas. Por eso hoy me decanté por una historia que me hace reír, por buscar el lado divertido al día del año que posiblemente coseche más sonrisas. Sobre todo entre los mas pequeños. Un título que merece la pena ser descubierto de un autor del que queda poco por decir y todo lo que se diga es poco.

     Esta vez no os pregunto por Shakespeare, ni por comedias o dramas, ni tampoco por lo que pediréis a los Reyes Magos. Esta vez... viendo como Papa Noél llega cada vez a más casas os digo, ¿Reyes Magos o Papá Noél? Yo lo tengo bastante claro, sólo hay que ver la fotografía.


     Gracias

viernes, 4 de enero de 2013

Ébano. Ryszard Kapucinscki




     "He vivido unos cuantos años en África. Fui allí por primera vez en 1957. Luego, a lo largo de cuarenta años, he vuelto cada vez que se presentaba la ocasión. Viajé mucho. Siempre he evitado las rutas oficiales, los palacios, las figuras importantes, la gran política. Todo lo contrario: prefería subirme a camiones encontrados por casualidad, recorrer el desierto con los nómadas y ser huésped de los campesinos de la sabana tropical. Su vida es un martirio, un tormento que, sin embargo, soportan con una tenacidad y un ánimo asombrosos."

     Tenía ganas de traer este libro a mi estantería virtual. Un referente en la forma de presentar, de contar, un libro a todas luces imprescindible para todos aquellos que lo han leído. Hoy traigo a mi estantería virtual, Ébano.

     Ébano es una colección de historias contadas por el mismo autor en las que nos da un reflejo perfecto del continente africano. Y ese es todo el resumen, sólo eso y todo eso, según como se mire.

     Lo primero que sorprende en este libro es que está formado por historias conectadas por la voz del reportero. No se trata de buscar personas que conecten para mantener el hilo, sino que este es geográfico. Centrándose en describir sin describir, vamos conociendo los grandes momentos que han marcado la historia de África pero, sobre todo, los pequeños detalles que son los que realmente la definen. Me ha parecido un libro interesantísimo del que me quedo con mil detalles. Se distingue de los habituales porque, si bien no redime a la raza blanca de las colonizaciones, de las transgresiones llevadas a cabo en ese continente, tampoco magnifica a los africanos poniéndolos como pobres víctimas. Y eso es de agradecer porque otorga una perspectiva diferente y mucho más verosímil.

     Dicho esto considero necesario aclarar que el autor habla de sensaciones, como las que tuvo la primera vez que puso el pie en el continente africano. Explico esto porque pareciera que estamos ante una obra que se asemeja a un ensayo y no es así. La verdadera  habilidad narrativa del autor está en conseguir convertir en casi cuentos cada una de las historias que vamos leyendo. Nos deslizamos entre ellas con suavidad, pese a que nos cuentan cosas que preferiríamos no leer en algunas ocasiones. Y consigue dejar imágenes fijas en la retina del lector, algo dificilísimo. En mi caso, las partes referidas a Ruanda y Liberia llevan mucho tiempo acompañándome, y creo que seguirá así una larga temporada. África enamora en sus letras, lo vemos diferente, sus costumbres, el valor de las cosas, de la propia vida.. todo se aparece ante los ojos de un lector abierto a conocer culturas nuevas. Pero sin necesitar teñirse con hermosas historias de ficción para pasearse por esos nuevos parajes. Nos ofrece aventuras, pasión, penurias... vida de calle. La que hace que realmente tomemos consciencia del lugar en el que vivimos. En este caso, África.

     Coincido, un libro imprescindible para acercarnos a un continente que, estando tan cerca, puede a su vez estar tan lejos en algunos usos y costumbres.
     Y vosotros, ¿os gusta leer sobre otros lugares geográficos?

     Gracias